El celular hace que perdamos el contacto humano



En las últimas semanas, me ha tocado tomar un café o disfrutar de una comida, con algunas amigas que han querido contarme sus últimas ocurrencias y solicitar algunos consejos, y en tres (3) ocasiones me he conseguido un común denominador: la presencia de un teléfono celular entre nosotros.

En los primeros cinco (5) minutos, no es tan desesperante el hablarle a una persona que está pendiente de chatear o de “enviar un pin”, a través de su teléfono celular, pero luego de ese tiempo de verdad que me empiezan a dar ganas de salir corriendo…
¡Cuán impersonal nos está volviendo! Y por supuesto, me preguntan, asombradas, el por qué no estoy a tono con la tecnología y cuándo me compraré un teléfono que esté a mi nivel. No puedo dejar de reírme, y preguntar para qué les ha servido el teléfono…  Y la respuesta: para estar en contacto con las personas…
Pero un contacto tan impersonal y frío, que no puede reemplazar el contacto personal o cara a cara.
Luego de los primeros 5 minutos en que dejo que interrumpan mi conversación por teclear un mensaje en su teléfono, cada vez que tocan el teléfono, dejo de hablar o me pongo a verlas fijamente. Luego se dan cuenta que no pueden mantener una conversación normal y chatear simultáneamente.
Por supuesto, que en esas tres ocasiones me quedó un mal sabor en la boca, y me quedé pensando en lo incómodo que es salir con alguien y con su teléfono…
Me gustaría volver a la época donde no existían los celulares.


Aquel tiempo en el que no nos decíamos cosas ni tan bonitas ni tan feas tan seguidamente. El hecho de tener que hablar de frente, o por el teléfono de casa nos hacia tener más timidez, o más cordura, o más prudencia. Esos tiempos en los que teníamos que planificar un encuentro para vernos y decirnos todo lo que pudiésemos hasta el próximo encuentro. Eran ocasiones especiales los encuentros con los amigos, con los novios, con la familia.


Hoy en día, ya sea por el mensaje de texto en el celular, por redes sociales como el messenger o facebook, nos decimos tantas veces que nos queremos, que nos extrañamos, que nos amamos... y hasta que nos detestamos.


Tenemos ahora la facilidad de expresarnos sin mucha discreción. Al parecer es que no nos están mirando la cara y entonces damos rienda suelta a nuestros sentimientos.


Un encuentro en facebook podría propiciar un matrimonio, o tal vez un suicidio.


Un encuentro por mensajes de texto ahorra la salida de casa, por consiguiente ahorro de gasolina, menos contaminación ambiental y muchas otras cosas que implican salir de casa. Pero creo extrañar un encuentro cara a cara para decirnos lo que nos atrevamos a decir. Un "te amo" podría ser mas original y significativo decirlo de frente. Pero entonces andamos y vivimos como si estuviéramos enviándonos a cada momento cartas cortas, sin papel y sin lápiz, cartas tecnológicas al instante, en tan solo segundos y megabites.


Ya se han inventado besos cibernéticos, abrazos y todo tipo de gestos por iconos de la informática. Con signos, palabras claves y hasta pasando tu tarjeta de crédito puedes mandar un ramo de flores animado... hasta puedes tener una mascota en tu computadora. La tecnología esta avanzado grandiosamente, teniendo un importante papel en el presente siglo. Nos trae beneficios insuperables (como menos árboles cortados para el papel) pero nos quita otra cosa: 


                     El contacto humano.

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